La ciberseguridad, aunque ha tomado mayor presencia en el mercado mundial en los últimos años, algunas veces es desestimada, pues se tiene la creencia de que no aporta valor al modelo de negocio de una compañía.
Por ello, en este artículo vamos a explorar esta idea para revelar si es cierta la idea de que la ciberseguridad es un gasto y no una inversión.
Como todos sabemos, los avances tecnológicos nos permiten, hoy en día, disfrutar de nuevos dispositivos, reducir las distancias, tener contacto con otras personas en cualquier punto del planeta, comprar sin salir de casa y muchas otras cosas en una tendencia de innovación que irá en aumento en los próximos años.
Sin embargo, en este torbellino de amplio desarrollo en el que nos encontramos, hemos perdido de vista que hay factores de riesgo en todos estos avances de la ciencia.
Hablamos de los ciberataques, los hackers y los crímenes digitales, un rubro que, al igual que otras áreas, ha seguido una evolución constante y paralela a otras tecnologías.
A pesar de lo que describimos anteriormente, muchas empresas aún operan con cierta inocencia, incluso cuando muchas de ellas ya tienen una presencia considerable en el ámbito digital.
Entonces, el primer reto para este tipo de compañías es darse cuenta de que las vulnerabilidades están ahí y que hay personas y grupos que están al acecho para sacar provecho de esto.
Para poder tener una idea de la importancia de la ciberseguridad, vale la pena revisar cuáles son algunos de los crímenes más comunes que sufren las empresas y los consumidores, mismos que son cometidos por piratas cibernéticos.
La información que una empresa posee puede ser muy diversa, pero sin duda, existen datos delicados que pueden ser utilizados con fines perversos, como la suplantación de identidad.
Este tipo de acciones pueden, paralelamente, afectar a los clientes y también hacer que las compañías vayan a juicio por el cuidado de datos personales y hasta verse obligadas a parar su actividad comercial si el problema no se resuelve.
Algunos cibercriminales pueden utilizar formas más creativas de afectar los negocios y de provocar ciertas tendencias en los mercados. Una de esas prácticas es el secuestro de inventario, que consiste en la compra, sin paga, de un gran número de productos de una empresa al mismo tiempo.
Lo anterior provoca que el inventario en cuestión se mantenga congelado hasta que se aclara la situación, mientras tanto, los clientes que quieren esos productos deben buscar otras alternativas para adquirirlos. Es decir, se van a la competencia.
Una forma de ataque muy conocida es cuando se busca derribar el sistema de alguna compañía. Esto se consigue mediante la sobrecarga de servidores, mismos que toma algún tiempo recuperar, dependiendo del nivel de ciberseguridad de cada compañía, para que operen nuevamente con regularidad.
Mientras tanto, las compras del día se pierden y la plantilla laboral de estos negocios está de manos atadas pues su principal herramienta de trabajo no funciona.
Ante este panorama, podemos nombrar algunas de las consecuencias que traen consigo los crímenes digitales que describimos anteriormente:
Una compañía, sea cual sea, trata de forjar una reputación de su marca. Sin embargo, cuando se ve expuesta a las vulnerabilidades, esa reputación se ve mermada.
Los niveles de producción de una empresa son un indicador claro de cómo marcha el negocio. No obstante, los piratas informáticos pueden ocasionar que existan lapsos considerables en los que las empresas no puedan operar, al menos en el ámbito digital.
Esto se traduce en pérdidas que, a nivel mundial, suman millones de dólares.
El que probablemente sea el miedo más grande de una compañía es el cierre definitivo. Puede ocurrir que el daño causado por los piratas criminales a una empresa sea tal que la lleve a la quiebra.
Existe un elemento fundamental en cualquier modelo de negocio: la rentabilidad. Es decir, los beneficios que se obtienen de la operación.
Por otro lado, en cuanto a ciberseguridad, también hay un factor clave que suele olvidarse: no solamente se trata de la mitigación de riesgos de ataques, sino también de dar continuidad y capacidad de recuperación a un negocio.
En Data Warden estamos conscientes de todo lo que podemos aportar a una empresa y ponemos a disposición de nuestros clientes toda nuestra experiencia y a nuestros colaboradores expertos para que cualquier operación empresarial en el ámbito digital goce de estabilidad, capacidad de reacción y seguridad.